capitulo 9 Seti

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Seti había preparado minuciosamente la marcha de sus invitados, que a su vez había sido supervisada por Kal- el. El resultado final de los días de reuniones, cenas y tratados había sido un éxito, y la comitiva griega había prometido volver pronto. Al ser un hombre de rutinas fijas y trabajo diligente, Seti había dejado a un lado todos los sucesos extraños que habían acontecido esta visita, pues se reservaba esa noche para analizarlos con calma. Las noticias que habían llegado a palacio eran que el faraón Akenatón regresaría en apenas unos días. Pero un presagio de muerte rondaba la información que había llegado a sus oídos, pues en una escueta nota, se había pedido que Kairka estuviera dispuesto para llevar a cabo dos embalsamaciones de urgencia. Esa noche Seti, como se había prometido a sí mismo, ordeno sus pensamientos y llego a la conclusión de que los griegos además de advertirles sobre el alzamiento de los seguidores de Horus, ocultaban planes dentro de planes, de los cuales solo Kal- el y Seth parecían conocer sus detalles. Eso le dejaba tranquilo, pero a la vez levantaba en él una curiosidad que siempre había predominado en su vida, el ansía de conocerlo todo, su voraz apetito sobre la información. Algo en lo que ya habían reparado los griegos, algo que Seti consideraba un vicio, pero que para muchos otros era una poderosa arma. Seti había reservado unos aposentos especiales para el mago que llegaría junto a Akenatón, quería tenerlo controlado, conocer todos sus movimientos, y quería que él creyese que los contralaba y mandaba, así que preparó una primera habitación lujosa pero aislada, y luego otra que a todas luces, ofrecía un mejor control sobre aquellos que rodeaban al faraón, incluido a Akenatón mismo, pero que encerraba una trampa, y no era otra que estar en medio de dos habitaciones, y dos pasillos secretos, de los que Seti, era el amo y señor. La noche paso rápidamente y con el día llegaron nuevas noticias, esta vez confirmando los temores del propio Seti, dos de las hijas de Akenatón habían muerto, sin duda una triste y trágica noticia. Hacía muy poco tiempo que había muerto la más pequeña de las seis hijas de Akenatón y Nefertiti, la joven princesa Setepenra, y sin duda este terrible golpe, debía haber minado mucho la voluntad del faraón. Si a eso le uníamos que según decían los griegos, el faraón estaba bajo el control mental de un poderoso mago hacia, que Seti empezara a ver que el sueño de Atón y la revolución cultural en Horizonte de Atón, tuvieran los días contados.
Seti salió de sus aposentos y se puso en marcha para organizar un duro día de trabajo. Necesitaba ver a Kairka con urgencia, pero no pudo dar con el, según parecía había tenido una dura noche de trabajo y todavía estaba descansando, bajo orden estricta de Kal-el de que nadie le molestara. Asi que teniendo en cuenta la gravedad de los hechos, se dispuso a hacer partícipe de ellos a su Tyaty, el cual sin duda optaría por revocar esa orden. Espero impaciente ante la puerta de Kal- el a que Alkair recibiera las órdenes del día, las cuales no eran otras sino salir al encuentro del faraón y escoltarle. Cuando obtuvo el permiso para entrar no dudo un instante en comunicarle los hechos.

-Venerado Kal- el, soy portador de muy malas noticas, dos de las princesas han muerto, creo que debería retirar la orden de no molestar a Kairka y avisarle de la gravedad de los hechos.

- Gracias por la información Seti, agradezco tu ofrecimiento, pero Kairka debe descansar, yo mismo organizare las tareas preliminares, y más tarde llamaré levantar al medico. Se encuentra muy cansado y no podría hacer su trabajo como las princesas merecen. Prepararlas para el viaje no es algo que se deba hacer con premura y sin cuidado, el alma tiene que recorrer un camino y debe hacerse según la tradición sin el más mínimo error.
- Ya he dispuesto la habitación de ese mago, creo que será de tu agrado Tyaty- Dijo Seti mientras esbozaba una ligera sonrisa.

- Sin duda no tienes rival en tus competencias “Gran hombre”, Kal- el le devolvió la sonrisa con un gesto de aprobación.
- Os mantendré bien informado Tyaty. Eso no lo dudéis.

Seti salió de la sala feliz y risueño como un niño, le encantaba sentir que era de utilidad, y más aun le encantaba controlar todo lo que pasaba en palacio. Espero pacientemente a que llegará la tarde y de vez en cuando se paseaba por las inmediaciones de la habitación de Kairka, sin duda tenia cosas que comentarle, y sus rutinarias tareas hacia mucho tiempo que ya no le llenaban intelectualmente, ahora el reto de planear un asesinato, era algo novedoso y excitante en lo que invertir su tiempo.